Un día para ver llover...

Entra el sol por la ventana y calienta mi ser,
mientras sigue la lluvia...

Yo pienso en vos, inevitablemente.
Mis reflexiones entorno a mi vida y al Creador
y un anhelo profundo de seguir conociéndolo y descubriéndolo,
saber quien soy yo y quien es Él.
Esto me re-define, me enfoca y me impulsa a continuar.

Respiro... Es un aire frío...

Y en medio de mis meditaciones,
llegas como en ráfaga, en pensamiento,
y te hallo ahí. Sin mayores pretensiones,
con algunas preguntas, con ciertas certezas,
con la mirada un poco oculta, y el alma dispuesta.

Y me gustas...
y te anhelo, y me cierro a otros, y me doy a vos...
Espero, que me encuentres buscándote,
y que te encuentres, en el parpadeo del tiempo.
Coincidir contigo quisiera. 

No puedo detenerme,
los sueños se me van, y que mas desearía
que fueran contigo.
Aún sin vos, el camino continúa,
y la pausa se da prisa, yo me encuentro
ante la frustración de hacerla lenta,
 pero pareciera presurosa en su ritmo.

La ansiedad se desborda, el frío abraza,
y el calor del Padre es el que me llena.
Es una epifanía de lo que pudiera ser,
es demasiado incierto todo.

Esperar...
Mientras me conformo
con tu risa en imágenes,
y tu vos espanta sueño...
Tu amistad sincera y
anécdotas graciosas.
Detalles pequeños, suspiros aislados,
Anhelos truncados, besos atrapados.

Y así termina, entre risas y letras,
sonrisas fortuitas,
amores y sabores,
un día para ver llover...