Pueblo mío

 

Las calles polvorientas de mi pueblo, ya no lo son. Una sensación babelónica al escuchar idiomas foráneos. El sol sigue saliendo todos los días y los de afuera llenan las calles de nuevas músicas y formas de hacer las cosas. Mi pueblo no es el de antes. Cambia. Se transforman sus calles en folklóricos musicales internacionales. Rodeado de montañas, cabilan en las casas nuevos sentires. Se resiste a desaparecer la esencia de lo que fueron sus calles. Doña rosa, maria, doris, aura, carmen ya no volvieron asomar su rostro en la ventana. Es otro. Ya no quedan los juegos de los niños, la leche en las tinajas, los huevos en canastos. Son hileras de carros, las palmas siguen siendo verdes, los arboles aún florecen y dan fruto. El runrún de las motos silencio los cascos de caballos. Las campanas de la iglesia siguen sonando en medio del regguetton, la balada y el pop. El licor el mismo. Todos reciben, todas hospedan. Las casas se abren y se transforman en lugares


8 de Marzo de 2017

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